Según un informe de la OCDE, se prevé que en el año 2.050 casi el 70% de la población mundial será urbana, lo que supone grandes retos: los asentamientos urbanos son los responsables de hasta el 70% de los gases de efecto invernadero mientras que sólo ocupan el 2% del territorio mundial.
Surge entonces la necesidad de un nuevo modelo de crecimiento urbano hacia ciudades sostenibles que necesita de la participación de todos los actores: administraciones públicas, privadas y habitantes. La ciudad sostenible perfecta, es aquella que se autoabastece energéticamente y que además no desaprovecha sus residuos, sino que los reutiliza como nuevas materias primas.
Estos son algunos aspectos claves que tienen que adoptar las ciudades para ser un referente en sostenibilidad medioambiental:
- Impulsar una movilidad sostenible basada en un transporte público electrificado y eficiente.
- Reducir las emisiones de CO2 a través de medidas de eficiencia energética y de incentivo al uso de vehículos no contaminantes.
- Proteger, regenerar y ampliar las zonas verdes urbanas. Esto ayuda a cuidar la calidad del aire, conservar la biodiversidad urbana y mejora también la calidad de vida de los ciudadanos.
- Educar a los ciudadanos en hábitos y comportamientos sostenibles.
- Fomentar iniciativas de economía circular y reciclaje. Así se favorece la reutilización y el consumo responsable. Es decir, las 3 R: Reducir, Reciclar y Reutilizar.
- Practicar un comercio que fomente la compra local.
- Apostar por un modelo de energía más limpia, con energía verde generada partir de fuentes renovables.
Y en España, ¿Cómo están nuestras ciudades?
Según el Observatorio de la Sostenibilidad, en su informe “Ciudades Sostenibles en España”, las tres primeras capitales que han obtenido mejor puntuación en el 2.018 con respecto al comportamiento ambiental han sido Huesca, Vitoria y Almería. Esto es debido a una buena puntuación en los siguientes criterios: buena calidad del aire, bajos niveles de ruido, excelente reducción en la generación de residuos municipales, elevados niveles de reciclaje, y buenos datos en superficie de parques urbanos y zonas verdes por habitante.
Sin lugar a duda, una ciudad más sostenible es una ciudad mejor. Y para conseguirlo hay que pensar en global y actuar en local.
Belén Macías.
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