El concepto Greenwashing viene del inglés y significa “lavado verde”. Se utiliza para señalar las malas prácticas que utilizan algunas empresas cuando presentan un producto o servicio como respetuoso con el medio ambiente, aunque en realidad no lo sea.

Esta práctica no siempre quiere decir que se está engañando completamente al consumidor. En muchos casos se le cuenta la verdad a medias; se es sostenible en algunos aspectos y en otros no.

Otras veces se intenta confundir al consumidor a través de la comunicación visual, poniendo el color verde o el azul en envases, etiquetas y logos o directamente anuncian sus productos con las palabras “Eco” y “Bio” para aparentar sostenibilidad y respeto al medio ambiente.

Actualmente la legislación europea nos protege para que determinados términos no sean usados ya que pueden dar lugar a confusión en el consumidor. Los términos “orgánico”, “amigos del medioambiente” o “ecológico”, son muy perseguidos por las leyes hasta comprobar su veracidad.

Aun así, no podemos desconfiar de todo lo que se nos venda como producto o servicio sostenible ya que no todas las empresas son iguales. Además, hoy en día estamos protegidos por la legislación y por ONG´s y empresas involucradas que velan por comprobar que lo que dicen las empresas en materia de sostenibilidad sea cierto.

Hay que confiar en los certificados oficiales que llevan los productos, y aceptar que hay empresas que empiezan a coger el buen camino, aunque no son todavía todo lo sostenibles que podrían ser.

Belén Macías.

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