Desde la llegada de las nuevas tecnologías a nuestras vidas el comportamiento del consumidor ha cambiado sustancialmente. En estos momentos el consumidor es el protagonista y le gusta sentirlo así.

Quiere comunicarse con la marca, formar parte de una comunidad con gustos afines donde intercambiar experiencias vividas entorno a esa marca y… ojo! El consumidor tiene poder para boicotear una marca. Ya lo hemos comprobado en numerosas ocasiones.

Las marcas además tienen otro reto que afrontar y es el de contribuir a resolver los problemas que afectan a los consumidores para avanzar como sociedad. Aquí vamos un paso más allá para llevarlo a cabo y es mediante estrategias de compromiso social.

El valor de las empresas no se limita a ser rentable, que, por supuesto es su primer objetivo, sino que su valor proviene cada vez más de los intangibles. De hecho, está demostrada esta tendencia creciente y el peso que tiene una marca con valores que sea coherente con ellos en todos sus ámbitos de actuación. Aquí no estamos hablando de puro altruismo, y por este motivo es fundamental cuantificar el efecto de estos valores y su repercusión, por ejemplo, en las ventas.

Y como siempre os decimos, los valores no se declaran, los valores se demuestran. Un consumidor necesita acciones concretas para creer en los valores de una marca y confiar en la marca en sí. De este modo generará engagement, en el sentido amplio de la palabra, con el consumidor.

Hablamos de una tendencia que ha venido para quedarse, totalmente tangible, y de la que os seguiremos contando.

E.C.

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